EL CENTRO DEL CORAZÓN
Con tantas leyes
con tantas normas
con tantos dictados
de la razón fría,
calculadora y matemática;
las cuestiones de honor,
la justicia y el amor,
han quedado reducidos
a su mínima expresión.
Es por eso que
cuando las leyes fallan,
cuando la inteligencia
queda ciega,
cuando las crisis
personales o sociales
aparecen;
el ser humano
ya no encuentra
el centro que equilibra
su actuación:
las turbas se vuelven
sangrientas
y la mente toma
el control desde las
formas más oscuras
de la perversión.
Es por eso que
en los momentos
en que ya no
existe la brújula
de lo establecido,
las muletas del qué dirán,
lo que es supuestamente
correcto,
ninguna norma de donde tirar;
la persona se pierde
en procesos de agresión,
angustia y terror.
Un corazón centrado
en la humanidad
que somos,
es un corazón
que encuentra el equilibrio
más allá de las frías,
calculadoras y matemáticas
formas de la razón.
Cuando la razón se extravía,
cuando la mente engaña,
sólo queda volver
al corazón ardiente
que entiende del honor,
la justicia y el amor.
En épocas de crisis,
cuando las normas se rompen,
cuando las leyes fracasan,
sólo queda mirar
al centro del corazón.
Comentarios
Publicar un comentario