EL CENTRO DEL CORAZÓN

Con tantas leyes

con tantas normas

con tantos dictados

de la razón fría,

calculadora y matemática;

las cuestiones de honor,

la justicia y el amor,

han quedado reducidos

a su mínima expresión.


Es por eso que 

cuando las leyes fallan,

cuando la inteligencia

queda ciega,

cuando las crisis

personales o sociales

aparecen;

el ser humano

ya no encuentra

el centro que equilibra

su actuación:

las turbas se vuelven

sangrientas

y la mente toma

el control desde las 

formas más oscuras

de la perversión. 


Es por eso que

en los momentos

en que ya no 

existe la brújula

de lo establecido,

las muletas del qué dirán,

lo que es supuestamente 

correcto,

ninguna norma de donde tirar;

la persona se pierde

en procesos de agresión,

angustia y terror.


Un corazón centrado

en la humanidad

que somos,

es un corazón 

que encuentra el equilibrio

más allá de las frías,

calculadoras y matemáticas

formas de la razón.


Cuando la razón se extravía, 

cuando la mente engaña,

sólo queda volver

al corazón ardiente

que entiende del honor,

la justicia y el amor.


En épocas de crisis,

cuando las normas se rompen,

cuando las leyes fracasan,

sólo queda mirar

al centro del corazón. 

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© Soledad González Silgo 2022-2023
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